Federico Martinez (26/8/20)
Cualquiera con cierta (real) comprensión acerca de cómo funcionamos las personas sabe que solo una mínima fracción de lo que hacemos diariamente es elegido concientemente. En otras palabras, la mayor parte de nuestro comportamiento diario es inconciente.
De acuerdo a numerosos estudios, "solo 5% de nuestras actividades cognitivas (decisiones, acciones, comportamiento) es conciente mientras que el 95% restante es generado de manera inconciente".
Inconciente significa que hay una (gran) parte nuestra que funciona de manera automática, sin que nosotros sepamos e incluso, sin que necesariamente sea constructivo para nosotros.
En muchos sentidos, esta es la razón que explica que la mayoría de las personas querramos algo pero produzcamos resultados en una dirección opuesta.
Parece haber cierto conflicto entre lo que estamos intentando y lo que estamos logrando.
Y el primer pilar de ese conflicto es nuestra falta de identidad.
Maxwell Maltz dice que "nuestro mecanismo creativo automático interno (inconciente) solo puede operar de una forma: tiene que tener un objetivo al cual apuntar".
En el mismo sentido, Alex Morrison dice "tenes que poder ver claramente algo en tu mente antes de poder hacerlo".
Si, como la mayoría enunciamos, queremos alcanzar más en la vida patrimonialmente, laboralmente y personalmente: cómo podríamos ser efectivos en nuestros esfuerzos si no tenemos una clara idea de lo que eso significa? Si no tenemos un claro objetivo que alcanzar?
M. Maltz sigue diciendo: "nuestro inconciente puede ayudarnos a alcanzar nuestro mejor yo posible (nuestro potencial) si somos capaces de crear en nuestra imaginación una imágen clara del tipo de persona que queremos ser (visión) y podemos imaginarnos siendo esa persona. Esta es una condición necesaria para la transformación".
En otras palabras, no podemos transformar nuestros resultados, a menos que nos transformemos en la persona que puede tener esos resultados. Y el primer paso para eso es definir la identidad de esa persona.
Tenemos que poder descubrir y definir nuestra propia identidad. Una clara imágen mental de la persona que queremos ser.
Si estas intentando mejorar en relación con el dinero o en tu área patrimonial, preguntate:
- cómo es la persona que quiero ser en relación al dinero?
- cómo ve el dinero, para qué y cómo lo usaría?
- qué oportunidades le daría y cómo lo disfrutaría?
- qué valores tiene en relación al dinero?
- de qué manera me daría libertad lograr mis objetivos financieros?
Si estas intentando progresar en tu carrera/negocios, preguntate:
- cómo es la persona que quiero ser en relación al trabajo?
- cómo vivo mi día de trabajo?
- en qué ocupo tiempo y con quien?
- dónde siento que genero mayor impacto?
- con qué tipo de personas trabajo y cuál es mi relación con esas personas?
Descubrir nuestra identidad personal es la llave para liberar nuestro potencial y la única forma de alcanzar aquello que estemos buscando.
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