La profundidad de nuestros resultados nunca puede superar nuestro nivel de convicción.

Empezó Diciembre y muchos empezamos a pensar acerca de los objetivos para el año que viene. Algunos llaman a éste proceso "resoluciones de fin de año", "plan de fin de año", "objetivos para el próximo año", etc etc.

Estas resoluciones pueden tratarse acerca de próximos pasos de carrera, objetivos de ingresos y patrimonio, relaciones, decisiones de salud o un plan de negocios entre otras cosas. 

Como siempre digo desde hace años, es un proceso que me gusta mucho hacer. Pero creo que muchas veces cuando vamos a través de este proceso nos olvidamos de la parte más importante y que está implícita en la siguiente pregunta: cuán personalmente convencido estoy acerca de los objetivos que estoy diseñando?

John Maxwell dice:

"Observé muchas personas exitosas en los que otros no creyeron; pero hasta ahora nunca pude encontrar una persona exitosa que no creyera en sí misma". 

Y sigue diciendo:

"Creer en uno mismo es mas que decirme palabras positivas a mi mismo o recibirlas de otros. Las palabras de afirmación sin el trabajo necesario se transforman en algo vacío. Incluso si otros creen en vos, esa creencia prestada tiene que ser activada por el éxito si es que queres que esa creencia en vos mismo se mantenga en el tiempo. La creencia prestada sin resultados pierde poder. La confianza en uno mismo tiene que ser auténtica y tiene que ser respaldada por acción que tenga éxito".

Verdaderamente creo que antes de poder producir un resultado planificado las personas, equipos y empresas necesitamos preguntarnos si los objetivos que estamos poniendo estan respaldados por una convicción "a prueba de balas" o si simplemente estamos yendo a través de un proceso de "cumpli-miento" (cumplo con un objetivo/plan anual y me miento).